LA ELEGANCIA DEL MANGONEO

ILUSTRACIÓN PARA LA COLUMNA DEL DIARIO METRO ESPAÑA, 03 - 11 - 2008

MÁS CRISIS

Europa es la más frecuente coartada de nuestros políticos para justificar el incremento de sus salarios o cualquier otro gasto que cause dudas en la población. Todo aumento injustificado de impuestos, tasas, sanciones, etc, suele ir acompañado de la excusa: “Es que en Europa también se hace”, “es que en Europa se paga aún más”. Como los españoles somos muy provincianos, la fórmula es efectiva y cuando nuestros dirigentes invocan a Europa casi todos bajamos la cabeza para asentir y decir amén. Pero ellos nunca hablan de converger con el Continente en pensiones, permisos de maternidad o guarderías, sino de una equiparación que sólo afecta a los metros cuadrados de sus despachos, a la flota de sus coches oficiales o a las dietas por ejercer el cargo. Sumergidos en una crisis tan impredecible como el cambio climático, que ya no se sabe si convertirá España en un gigantesco glaciar, en un gigantesco desierto o en un gigantesco campo de golf, la palabra Europa resurge con fuerza para amparar, por un lado, los crecientes agujeros de las cuentas públicas y, por otro, las ayudas a los bancos. Pero resulta que en Europa se están concediendo ayudas a las entidades financieras con luz y taquígrafos, no como en España, donde Gobierno y oposición se han puesto de acuerdo para que no se sepa qué bancos recibirán las ayudas estatales, equivalentes al 15% de nuestro Producto Interior Bruto. Alegan que no quieren estigmatizar a nadie y lo que consiguen es estigmatizarlos a todos.

El día que se debatía la crisis, acudieron al Parlamento una veintena de diputados, lo cual da la medida de lo que les importa el destino de nuestro dinero. Está todo atado y bien atado, y tanto como el sistema financiero, lo que debería entrar en crisis en España es la partitocracia semieuropea que nos gobierna: un sistema de escasísima democracia donde mandan los partidos con la connivencia de los bancos.