miércoles, 17 de septiembre de 2008

El final de una era, la del capital


Como si de un imperio se tratara, el capital económico, su poder, su opulencia, su prestigio y misterioso halo de motor de la modernidad se viene abajo como si de un castillo de naipes se tratara.
O como un castillo en el aire que deja su lugar en favor de un cielo lleno de nubarrones para un futuro incierto en la mayor parte de occidente.

La pregunta podría ser: ¿ hay vida tras la caída del capital ? o ¿ al igual que después del crack de 1929, entramos en una nueva era de radicalismos, ya sean de corte racial, clasista o simplemente radicalismo de supervivencia ?

Siempre hemos especulado entre un grupo de amigos aficionados a los futuros en negro, unos Estados Unidos segregados y dominados por clanes y bandas callejeras, mafias locales que poco a poco, con el paso del tiempo, se van convirtiendo en el nuevo poder fáctico sin apenas referencias exteriores.
Y la posibilidad de que eso mismo ocurra a una escala mayor, no solamente en USA, es realmente sobrecogedora.
Una regresión social que nos podría llevar a las luchas de clanes o a la lucha entre las "polis" dominantes como en la antigua Grecia, y convertir todo desarrollo tecnológico en una isla de conocimiento a saber dónde y protegido por qué.
Como en la antigua Alejandría, la biblioteca era una fundación mítica creada por el paso del tiempo, desde sus orígenes ptolemaicos, donde todo el saber del Mediterráneo y Oriente Próximo desembocaban y generaban un núcleo de saber, poder y respeto.
Seguramente debido a una situación donde están en entredicho los fundamentos básicos de la sociedad del sigloXX, los económicos, y la industria y la tecnología están cada vez más focalizados en el consumo, que es el corto plazo, se crearían nuevos núcleos de conocimiento.
Las ciudades candidatas deberán ser encrucijada geográfica, social y económica de nuestro mundo. Quizá por aquel entonces Alejandría obtuvo el don de su destino, el cúmulo de conocimiento destruído por las llamas y su mito escrito también con llamas en el subconsciente de la historia de la humanidad.

En estos momentos el peligro de la pérdida de datos electrónicos es una realidad, aunque como si de una corriente remolona y reacia, ha tardado mucho en implantarse. En muchos países punteros ya está hecho, pero en la gran mayoría aún se depende del papel o del medio físico para la indentificación y la transacción.

Como en el relato de 1986 de John Shirley "Zona Libre", los nuevos focos sociales donde la fuga de capitales y talentos son plataformas petrolíferas o escenarios de la más exquisita reconditud, quizá sea de esa manera como el devenir obligue a los hechos a fluctuar en su espiral.

Podríamos adivinar lugares como Dubai o Taiwan, Tokyo o Taiwán, o Islandia, Groenlandia o el tridente nórdico de Helsinki, Stockholmo y San Petersburgo, como escenarios futuros de desarrollo condensado donde los recursos acuden como el agua a su desembocadura, donde los cerebros, el nuevo capital surgido del nuevo orden, y las nuevas esperanzas son más fáciles de visualizar que en ningún otro lugar del mundo.

Porque la situación después de una gran crisis es tan inquietante como una escena de Alfred Hitchcock, ese pequeño burgués inglés que sabía contar lo que veía en su mente.
Ahora el siguiente paso es ver, expectantes, impotentes, cómo nos cuentan lo que ocurre, y ver cómo nos va afectando poco a poco, como si de una enfermedad se tratara, donde el paciente es el mundo.

Pero al igual que la leyenda bajo la cual está fundada la suposición de que los japoneses actuales son descendientes de varios clanes nobles chinos que tuvieron que escapar tras la Guerra de los 7 reinos, quizá la nueva generación tras el nuevo crack que se refugie en el lugar adecuado tendrá su futura recompensa en el porvenir, aunque, al igual que el Japón que se desangraba con mosquetes españoles en la época Edo, sufrirá sus propios males.
Sin duda no existe concepto parecido a la Tierra Prometida, una entelequia inspiradora de toda utopía, y solo el ser humano se puede agarrar a su presente, un presente trágico que fundamenta el futuro, y que minuto a minuto construye la historia.

1 comentario:

baollantines dijo...

Se acercan tiempos dificiles parece. Desde aqui en USA las perspectivas son muy feas, no hay dinero para la inversion y no hay cajas de ahorros dispuestas a prestar el dinero del que carecen. El dinero del sistema economico es virtual, como la sociedad en la que vivimos, y con ese dinero virtual que no existe han estado jugando los bancos. Las hipotecas no pagadas eran convertidos en una cosa llamada cedulas hipotecarias, y luego se vendem como fondos colectivos de inversion en bolsa o algo asi, pero realmente no hay nada, ni oro en que ampararse como en la antiguedad ni nada, ni siquiera el papel moneda. Por lo tanto en las arcas no hay nada de nada. Si ha ocurrido esto es por la ambicion ilimitada de los banqueros, ya veremos que ocurre, pero la cosa pinta mal, creo que el capitalismo se ha chocado contra el muro de ambicion de los que lo mantienen.

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